LOS LIBROS


En estos días me preguntaba si no existe alguna clase de biblioteca universal a la cual podamos acceder para resolver todas aquellas cosas que aparecen como misterios, que inquietan la mente y sobretodo el alma; obviamente ir a ese lugar (que creía en principio sólo de carácter imaginario) debería tener ciertas condiciones, es decir, normas primero para entrar, segundo para poder establecer un contacto puro con los grupos de datos, y tercero, para lo que se debe hacer con lo estudiado (garantizar un uso correcto de lo aprendido). En fin, esto me parecía un tanto loco en la medida en que me estaba refiriendo a algo tan imposible de concebir para nosotros, siendo humanos, como la memoria de Dios…el conjunto de datos que recreaban cómo había sido todo desde el inicio de los Tiempos y que incluso, contendría algo acerca de nuestra misión actual y nuestro futuro.

Pues bien, hace poco (de manera espontánea cuando estaba buscando otra cosa en internet) me enteré que aquello en lo que les dije que estaba pensando tiene un nombre, es conocido como los archivos akáshicos, ya se imaginarán mi felicidad y mi cara de asombro. Bueno, entrando en materia, leí que el adjetivo akáshico es un término acuñado por la teósofa británica Annie Bésant (1847-1933). Su significado proviene de ākāśa, un concepto existente en el antiguo idioma sánscrito de la India, que significa ‘éter’ (un fluido impalpable, inmaterial, sutil e intangible, que los antiguos hindúes creían que penetraba todo el universo y sería el peculiar vehículo del sonido y la vida). No obstante, no hay ninguna palabra sánscrita que signifique «registro akáshico» como tal, a pesar de que el sánscrito es un idioma muy exhaustivo en lo que respecta a nombrar fenómenos paranormales.

Según la británica Bésant, quienes están dotados por el universo para acceder a estos archivos son personas con dones espirituales, tales como los chamanes u otro tipo de médiums, los cuales se diferenciarían unos de otros en cuanto al modo de ingreso en “la biblioteca universal”, pudiendo ser por medio del sueño lúcido, la proyección astral u otras formas de experiencias fuera del cuerpo. En este punto creo que de existir toda esa información, sería infinita y aunque por su contenido y el manejo adecuado que se le debe dar a éste, no todos las personas que no tengan el grado de evolución indicado pueden acceder, seguro con preparación, consciencia, y obrando con rectitud, en el camino de la Luz, todos podremos algún día ingresar allí, aún cuando no seamos médium o chamanes propiamente. Por ahora la única forma que contemplo como posible para entrar a tener contacto con los archivos akáshicos, es mediante la meditación diaria y guía de algunos maestros o Iluminados que nos preparen para ello.

Estos archivos, se dice en general, guardan información acerca de todo lo vivido por cada chispa de luz que hace parte de nuestro universo, también diría, por qué no, que almacena la historia de otros universos distintos a éste. Es como esa Unidad de datos (que estarían dados en forma de energía) de la cual depende el funcionamiento ordenado de los procesos de vida y muerte en las galaxias. Nosotros tenemos la gran restricción de utilizar un lenguaje compuesto por categorías en que insertamos las cosas que suceden en el mundo y por eso nos es tan complicado meditar sobre estos temas. Así, si se quiere llegar a una comprensión más profunda de lo que son estos archivos en sí, hay que hacerlo utilizando nuestra alma como instrumento de acceso, pues la razón no concibe ni puede organizar por causas y efectos, seguramente, muchas de las cosas que habrán de encontrarse ahí. (Aclaro que pienso que estos archivos no tienen lugar en el plano físico, sino que están en muchas realidades al mismo tiempo; se sabe en ellos de los mundos y sus integrantes es porque al ser energía hacen puentes entre éstos.)

Como se sugirió, estos archivos están fuera de las dimensiones que hemos creado como espacio y tiempo; de esta manera pueden contener las múltiples posibilidades cuánticas de lo que fue, lo que existe y lo que será, pues los tres tiempos están conectados sin hacer diferencia de sus planos…es como si nos moviéramos simultáneamente en todos y lo que hacemos en el presente afecta los componentes del sistema. (Espero no estar haciendo de esto algo confuso) Como averigüé, en este inmenso campo cuántico, nos es posible entrar en contacto con la Totalidad, la Unidad, con Dios como un ser que lo abarca todo, independientemente de creencias religiosas que condicionen la visión que tengamos de ese Dios, entiéndase en este artículo como la energía Suprema.

Una vez estamos en los archivos akáshicos, ubicados en lo más cercano a la mente de Dios, nos abrimos tanto al despertar espiritual individual (o potenciamos lo que ya hemos hecho en pro de nuestro crecimiento espiritual), como al despertar de la consciencia colectiva, volviéndonos solidarios en el proceso de transformación de nuestros hermanos cósmicos.
Y es que entrar en la vastedad de lo imposible, ser conscientes de lo que hemos aprendido a lo largo de nuestras vidas previas, conlleva a que nos liberemos de nuestras penas, entendamos y amemos nuestros errores porque nos han dado la oportunidad de perfeccionarnos y ser partes del Todo, procurando trascender las ilusiones de separación con el resto de las partes.

Se podría decir, que tener el privilegio de visitar los archivos akáshicos corresponde a los sueños más antiguos de la humanidad, en cuanto a viajar en el tiempo, ser luz que se mueve sin problemas entre las dimensiones. Creo de todos modos, que estos viajes pueden darse a lugares muy puntuales de información, es decir, a donde está lo que necesitamos conocer sobre la etapa que vivimos; quizás las razones para estar aquí y lo que vendrá, sin embargo ni en nuestra versión espiritual me cabe la idea de alcanzar todo ese conocimiento (el contenido de todos los archivos), porque justamente ahí reside la actividad omnipotente de Dios y nuestra capacidad, en evidencia, no tiene ni tendrá tal magnitud.

Por otro lado, es cierto que el cuerpo nos limita a la hora de pensar en poder hacer estos viajes, pero con paciencia y meditación continua podemos desarrollar la capacidad de llevar a cabo viajes como los astrales y quizá en esta forma espiritual sí estemos en facultad de ingresar, de ser recibidos como haces de luz entre esas redes de información, que como ya se dijo, son energía directa de la Fuente.
Hay que poner en claro que si los archivos son están hechos de energía, de vibraciones, pero que no corresponden únicamente a ondas luminosas; pueden también encerrar ondas de sonido.

Esto me pareció muy interesante, en tanto que cuando medito o muchas veces sin hacerlo, oigo voces que no son la mía y me traen varios mensajes de otras personas, espíritus o sobre mi misma; algunos alcanzo a oírlos, los escribo y trato de buscarles sentido, pero otros son como una música extraña que aún no se capta bien, como en un radio mal sintonizado. Creo que la nitidez del mensaje irá surgiendo poco a poco. El diálogo con estas energías, si así puede llamársele, se hará eficaz en cuanto nos mostremos más receptivos, con ganas de recibir ese tipo de comunicación; esto es algo que ocurre gradualmente mientras se da nuestro desarrollo espiritual.

Cada mundo, supongo, debe tener sus archivos akáshicos correspondientes, pero como la energía establece lazos entre la gran diversidad de mundos existentes (también deberían contarse aquí los desaparecidos), debe haber algún punto de conexión entre estos registros que facilite el acceso a historias de otros seres, de seres más evolucionados que nos den la opción de nutrirnos de procedimientos que curan el espíritu, nos enseñan la humildad y hasta ahora nos son desconocidos. Con la atención y el cuidado suficientes tal vez se pueda entrar a investigar en los archivos de otros mundos cercanos al nuestro; por supuesto debemos exponer al universo nuestras mejores intenciones para que se nos conceda el permiso.

Según leí, estos archivos akáshicos de otros mundos, nos servirán no sólo para saber de la Historia Universal, sino de nuestros planes personales porque hay que contar con la posibilidad de que en vidas anteriores hayamos habitado en lugares distintos a la Tierra:

“Cuando morimos en este mundo, vamos a otro plano de existencia dentro de la cual todos tienen que verse cara a cara con las propias obras; lo que hicimos y lo que dejamos de hacer, debiendo hacerlo. Veremos el conjunto de nuestras vidas, con la velocidad del pensamiento. Lo veremos a través de los archivos akáshicos, y no sólo desde el momento en que lleváramos las cosas a la práctica, sino desde aquellos momentos antes de nacer, en los cuales planeamos cómo y dónde habríamos nacido..."

Para finalizar, no debemos olvidar que todo cuanto ha sucedido en este mundo, sigue existiendo en forma de vibraciones entre los registros akáshicos. Entonces, se preguntarán si sabiendo de sus vidas pasadas puedan otorgarle un significado más profundo a lo que viven ahora…bueno, no lo sé, pero la intuición me dice que no es algo que se deba hacer pos simple curiosidad, sino con responsabilidad, puesto que si conocemos nuestra trayectoria, los pasos dados por nuestro espíritu, tener esa mirada retrospectiva entorno a quiénes somos y los acontecimientos asociados, puede darnos la sabiduría necesaria para escoger en la actualidad las mejores posibilidades de progreso en todas las áreas de la vida.

Es esencial reconocer que con estos temas hay que ir despacio e integrando cada cosa que pasa para no perdernos en nuestros viajes…además, no se puede dar por sentado mensajes que no son auténticos, pues aunque pareciera contradictorio, hay que guardar objetividad para juzgar nuestras percepciones y saber separar lo que es verdadero de lo que constituye la imaginación o las impresiones emocionales de un determinado momento.

En adición a lo mencionado, encontré que en la Tierra hay ciertos puntos físicos que podemos visitar para aumentar nuestra conexión con los archivos akáshicos, con el libro de la vida; éstos son (de pronto existan más) : El vórtice de energía terrestre que está en Shambala, en el Tibet. Y
en Argentina el punto de energía de contacto, que está en Los Terrones, Capilla del Monte (Erks). Estos lugares sagrados están custodiados por los seres de Luz que son guardianes y se denominan Kumaras.